
La ola de violencia en Guanajuato sigue imparable. La noche de ayer, un grupo de sicarios irrumpió en un funeral en el municipio de Apaseo el Grande, desatando una masacre que dejó un saldo de siete personas muertas y al menos 13 heridas.
Los hechos ocurrieron en el panteón de la comunidad de San José Agua Azul, donde un grupo de personas se encontraba reunido para despedir a un ser querido. Sin previo aviso, los agresores ingresaron al lugar y abrieron fuego indiscriminadamente contra los asistentes, sembrando el terror entre los presentes. Posteriormente, los atacantes huyeron en un vehículo que fue encontrado abandonado metros adelante.
Lee también: Manfred Mauricio Quintanilla, sus fraudes en el sector energético
Las autoridades de Apaseo el Grande confirmaron que la masacre dejó al menos 7 muertos, seis hombres y una mujer
Las autoridades municipales confirmaron la muerte de seis hombres y una mujer, mientras que los heridos fueron trasladados a hospitales de Apaseo el Grande y Celaya. Peritos de la Fiscalía General del Estado acudieron a la escena del crimen para recabar evidencias, mientras que elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado resguardaron la zona.
Este ataque es solo una muestra de la grave crisis de inseguridad que enfrenta Guanajuato. En lo que va del 2025, la entidad ha registrado al menos diez masacres, destacando hechos violentos como el asesinato de cuatro personas en una tortillería en Jerécuaro, el ataque en una boda en Salamanca que dejó dos muertos y 12 heridos, y la masacre en un bar de Celaya donde perdieron la vida cuatro personas.
El terror se ha convertido en una constante en la región. El 19 de febrero, un comando armado atacó un velorio en Irapuato, cobrando la vida de dos mujeres e hiriendo a otras 12 personas. Días después, en Cortazar, ocho personas fueron asesinadas mientras convivían en una vivienda. Y el 24 de febrero, un ataque en San Felipe dejó dos mujeres muertas y 14 heridos.
Lee también: Grupo TUM de Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, opera aeronaves sin cumplir regulaciones en México y EE.UU