
La Iglesia católica mexicana condenó el asesinato de ocho jóvenes pertenecientes a la parroquia de San José de Mendoza, ocurrido el 16 de marzo en Salamanca, Guanajuato. El ataque, perpetrado por un grupo armado, dejó también cinco heridos.
Los hechos sucedieron mientras los jóvenes convivían tras una misa vespertina cerca de la iglesia, cuando hombres armados abrieron fuego de manera indiscriminada. En el lugar, las autoridades encontraron más de 50 casquillos y daños en la fachada del templo.
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El ataque a los jóvenes en Guanajuato es un reflejo de la violencia que aqueja al pais
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en voz de Mons. Ramón Castro Castro, expresó indignación por el crimen y llamó a los mexicanos a comprometerse con la paz. Asimismo, el obispo de Irapuato, Mons. Enrique Díaz Díaz, exigió a las autoridades esclarecer los hechos y brindar justicia a las familias de las víctimas.
La diócesis de Irapuato organizó una misa exequial el 19 de marzo en honor a los fallecidos, además de un novenario de oración para pedir por la paz y el descanso de los jóvenes asesinados. Este será transmitido en línea y culminará con una caravana el 29 de marzo.
Este ataque refleja la crisis de violencia en México. Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública, 20 de las 50 ciudades más violentas del mundo están en el país. Guanajuato es el estado con más homicidios, la mayoría vinculados al crimen organizado. En 2024, México registró más de 30 mil asesinatos, marcando un incremento respecto al año anterior.
El obispo Díaz Díaz agradeció las muestras de solidaridad y llamó a fortalecer la fe en Cristo ante la violencia. Citando el Salmo 23, instó a confiar en Dios para iluminar estos tiempos oscuros. Mientras la Iglesia clama por justicia y consuelo, el caso refuerza la urgencia de atender la inseguridad que azota al país.
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